En esta secuela de la primera adaptación de The Hunger Games, las muestras de rebeldía e incoformidad en los distritos inspiradas por la victoria incómoda de Katniss Everdeen y Peeta Mellark, provocan violentos actos de represión por parte del Capitolio, entre ellos un cambio de reglas en los nuevos Juegos del Hambre, donde los antiguos vencedores deberán regresar a la arena a batallar unos con otros, mientras el principal objetivo del Presidente es hacer crecer el miedo despojando a Katniss de la imagen de heroína que se ha ganado con el público.
Debo decir que no he leído los libros de Suzanne Collins, y por tanto mi conocimiento y opiniones sobre ellos son sólo la que otra gente me ha dado, pero en cuanto a lo fílmico, Catching Fire es una película que se siente mejor realizada y dirigida que la primera parte de su adaptación en cine. Desde su comienzo se percibe notoriamente mayor presión, y a pesar de que los juegos no inician hasta pasada esa hora y media, en ningún momento la película se siente lenta, ya que cada suceso plantea y desarrolla mejor a los personajes que ya conocemos, y nos presenta a los nuevos de manera interesante. Es quizá por este desarrollo tan bueno de la trama, que se siente que se pudiera haber hecho más con dichos personajes y explorar mejor las ideas ya bien planteadas. Algunos de ellos son eliminados muy rápido, y con otros no pasamos suficiente tiempo una vez que los juegos comienzan. Sé que esto es mayormente debido al seguimiento de la historia en la novela, y tengo entendido que los juegos en ella duran mucho menos, así que puedo entender porqué una vez que esta parte en la película comienza, el ritmo se acelera demasiado. Estos stops creativos suelen ser en ocasiones las limitantes de este tipo de adaptaciones al depender tanto en un material de origen, siendo otra de dichas limitantes la carencia de un desenlace apropiado. Hay cintas como la trilogía de El Señor de los Anillos o las adaptaciones de Harry Potter que se esfuerzan por cerrar la película de forma tal que eviten que el espectador salga de la sala sintiendo que vio algo "incompleto". En el caso de Catching Fire, estamos en uno de los casos contrarios. Para cuando vi ame
nazar el final inconcluso durante la última toma, pedía por dentro una escena más para que no ocurriera de forma tan brusca, pero no fue este el caso.
En cuanto a la música, no noté que James Newton Howard fuera también el compositor de la primera, pero en esta secuela definitivamente hace de su presencia parte integral, trabajando junto con el director para apoyar escenas tensas, generando una banda sonora más dinámica y sobresaliente que la anterior.
Así que Catching Fire es buena, pero como dije, aún se siente algo limitada quizá por su fuente para poder haberse convertido en esa clásica secuela que convence al espectador de que la calidad de lo que viene no está en duda.
8/10