El cine de terror y suspenso suele dividirse en dos grandes
categorías. La primera de ellas es acerca del temor que infunden elementos
fuera de lo común y sobrenaturales, el miedo a lo desconocido. La segunda
categoría tiene que ver más con aquellas cosas y lugares familiares que nos
hacen sentir seguros, pero que están a punto de ser torcidos por algo malévolo.
En el caso de Cujo, es el animal considerado el mejor amigo del hombre, quien
está por recibir este tratamiento.
Tal es el caso de Cujo, en la que tenemos al San Bernardo
que le da título a la película, un perro tan manso que quienes lo conocen
opinan que no serviría de perro guardián, ama a los niños y es querido por la
familia con la que vive. Esto es hasta que un murciélago con rabia lo muerde, y
Cujo comienza un descenso difícil a la vista del perro fiel que era a un
asesino cruel y violento.
Al mismo tiempo que estos sucesos se van desarrollando,
tenemos a la protagonista Donna, madre y esposa de una familia prácticamente
perfecta, quien por alguna razón decide tener un amorío con un conocido de su
esposo. Cuando la verdad está por salir a la luz, Donna comienza un recorrido
sin saberlo a una cadena de eventos que probará hasta qué límites será capaz de
llegar por proteger a la familia a la que le dio la espalda.
Es bastante curioso que existan tan pocas películas sobre
perros asesinos, siendo Cujo la única de buena calidad, y creo que esto
demuestra bien el tabú que es pensar que algo así pueda suceder. Para nadie es
agradable ver a un perro asesinar gente, son seres quienes se les confían niños,
la mayor parte de las veces son considerados miembros de la familia y pocos
vínculos hay tan fuertes entre animales y humanos.
La novela en la que se basa, escrita por Stephen King, posee
un tono más oscuro y deprimente, pero es de entender que varios sucesos hayan
sido modificados en la película, ya que si bien la cinta se resiste en todo
momento a convertirse en un baño de sangre, la violencia es más bien de índole
psicólogica, y posee ya suficientes escenas intensas.
A pesar de que las actuaciones no son impecables, la película lo
compensa con su historia y sus logros técnicos, especialmente el maquillaje y
el tenaz uso de los varios perros que encarnan a Cujo, para crear secuencias
tensas y realistas.
Cujo no es oro puro, pero es una película más que decente, y
definitivamente un nombre de importancia en el buen cine de suspenso.