sábado, 29 de marzo de 2014

Die for Something: John Rambo Extended Cut


Hace aproximadamente un mes le di otra oportunidad a la saga de Rambo, de Sylvester Stallone, la cual a diferencia de Rocky, nunca logré tomarle verdaderamente el gusto. Sin embargo tras revisitar las primeras tres películas, en esta ocasión logré entender mejor al personaje y su eterna "lucha de un sólo hombre", constantemente rechazado por la misma nación que defendió en la guerra, traicionado por quienes acuden a pedir su ayuda, y considerado desechable, pero siempre llegando a donde nadie más quiere llegar por no jugarse la vida en ello.
El cuarto y último capítulo de esta saga fue llamado en su estreno en cines simplemente "Rambo", tengo entendido que en contra de los deseos del cineasta, siendo inicialmente "John Rambo" el nombre del proyecto inicial. Fue una película que viéndola en cines consideré entretenida, pero nunca me hizo interesarme tanto en el pasado del personaje como lo hizo un año antes "Rocky Balboa", otro regreso de Stallone a uno de sus íconos. Soy un completista, y la mayor parte de las veces ponerme a ver sagas así me lleva a buscar ver todas ellas eventualmente, así que tras mi búsqueda infructífera de completar lo que ya tenía de Rambo aquí en el país, me fue enviado de fuera lo que se conoce como "Rambo: Extended Cut", lo cual no es otra cosa que la versión re-trabajada de dicha película por parte del director Sylvester Stallone, donde corrigió y añadió cosas que por la premura del tiempo no pudo en el estreno en cines. Más aún, ésta es la versión preferida de Stallone, y tras eliminarse la posibilidad de más secuelas le regresa el nombre de "John Rambo" lo cual no sólo tiene mucho mayor sentido sino que le da ese necesario toque de finalidad que necesitaba para considerársele un cierre con la misma buena intención que Rocky Balboa.
En ella, Rambo ha pasado sus últimos veinte años apartado del mundo del que está cansado cerca de Burma en Tailandia, y viviendo de trabajos menores como la captura de serpientes. Podemos inferir que Rambo se ha acostumbrado a la extrema violencia tan cerca de él producto de la crisis en Burma, donde militares atacan, mutilan y abusan de forma excesivamente cruenta a los habitantes de las comunidades allí establecidas.
Es por esta misma crisis que un grupo misionero pide la ayuda de Rambo para acercarlos al lugar en su bote y así poder llevar víveres y ayuda médica a las personas, a lo que inicialmente se rehusa. Es hasta que una de ellos personificada por la genial Julie Benz logra hacerle recordar parte de lo que le importaba antes, creando una leve conexión con él, que Rambo acepta. El infierno sin embargo, está por desatarse en la comunidad en la que Rambo ha dejado a los misioneros, situación que desencadenará un viaje del personaje principal en el que se replanteará continuar una vida huyendo de quien es, o la muerte por algo que valga la pena.
Escrito sonará simple, pero es el viaje por el cual nos lleva el director lo que hace de esta una gran experiencia. Stallone sabe lo que el público desea ver, pero antes de eso está dispuesto a hacer varias paradas que hagan que esta película verdaderamente importe, particularmente por medio de la crudeza con la que retrata la situación real de la gente de Burma, y los límites oscuramente necesarios para hacer frente a una maldad así.
"Todos somos animales, esa es la verdad" dice el protagonista al inicio de la cinta, declaración que está por ser puesta a prueba por sus mismos actos. Donde hay un desinterés y un retraimiento de nuestra humanidad por la realidad adyacente, también hay aún una parte en nosotros capaz de hacer que nos importe de nuevo aquello a lo le hemos dado la espalda, pareciera ser lo que Stallone grita a través de la última batalla de John Rambo.
Cuando Rambo es finalmente desatado, hemos visto tal magnitud de actos inhumanos de parte de los militares, que el nivel de violencia es justificado, y no importa tanto si es tomado como un momento de catarsis palomera o como una aseveración del director sobre lo que es necesario hacer para detener estas atrocidades, porque será difícil para el espectador que no haya cubierto sus ojos ante las crueldades antes retratadas no hallar un placer culposo ante la venganza del protagonista.
Sólo tras una minuciosa examinación de la cinta podríase comparar lo que está cambiado de la versión original a esta nueva versión de director, pero lo cierto es que en conjunto es más efectiva. De lo que puedo recordar de la original, Stallone pareciera haber hecho ediciones ante ciertos excesos en la violencia que podrían considerarse demasiado gratuita y debilitar el mensaje en ella, además de añadir más escenas reflexivas acerca del parecer de Rambo sobre la guerra y sobre estos misioneros que pretenden hacer un cambio por medio de la paz.
Sin embargo no lo duden, la película aún sigue siendo de las más gráficas de la última década, pero también es un testamento de las habilidades tras y frente a la cámara de parte de Stallone, quien cumple en grande con lo que podría haber sido fácilmente una empresa risible. Los paisajes son excelentes, las escenas muy bien rodadas, y las actuaciones de parte de Julie Benz y Stallone cumplen.
Definitivamente una versión que tras verla ha logrado convertirse en mi episodio favorito del personaje, y a la cual puedo poner al mismo nivel de la primera película del mismo, First Blood. Al final Stallone logra darle un cierre digno a esta historia sobre el incomprendido hombre que ha visto lo que los demás no desean ver, y su regreso a proteger aquello de lo que parece incapaz de poder ser parte, porque es necesario hacerlo.

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